Antes de la llegada de los conquistadores españoles, los aztecas eran la civilización predominante en la zona central de Mesoamérica. Moctezuma Xocoyoztin (1466-1520), era el gobernante en turno de la Gran Tenochtitlán. Sin embargo, no supo defender a su pueblo del pequeño grupo de mercenarios que llego de España. Fue Cuauhtémoc quien defendió heroicamente a su gente, sus costumbres y sus tradiciones.
Juventud del guerrero
A los 19 años, ya con una instrucción militar, artística y cultural recibida en el Calmecac (escuela para la nobleza mexica), Cuauhtémoc recibió el título de Señor de Tlatelolco. Con este nombramiento, los biógrafos de este tlatoani sostienen que fue uno de los principales participantes en el encuentro del 8 de noviembre de 1519, entre Moctezuma y Hernán Cortés. También fue uno de los principales testigos del sometimiento de Moctezuma ante los mercenarios españoles, quienes ocuparon por meses la ciudad de Tenochtitlán hasta que Cortés decidió salir de la capital mexica, por una supuesta traición de su compañero Pánfilo de Narváez.
La gran batalla
Para emprender esta batalla contra Narváez, Cortés dejó a Pedro de Alvarado como encargado de Tenochtitlán. En ausencia de Cortés, Alvarado decidió asesinar a los integrantes de la nobleza mexica con la creencia de que se estaban reuniendo para pactar una rebelión. Este episodio provocó el reagrupamiento de los mexicas, entre ellos Cuauhtémoc, quienes sitiaron a los invasores que se refugiaron en el Palacio de Moctezuma hasta el regreso de Cortés.
Para tranquilizar al pueblo mexica, Moctezuma fue obligado por Cortés a salir del palacio con el fin de calmar los ánimos de la población. La decepción de su pueblo fue tan grande que le arrojaron piedras, mismas que le propiciaron la muerte.
El nuevo Tlatoani
La defensa de Tenochtitlán, encabezada por Cuauhtémoc, siguió y los mexicas obligaron a los mercenarios españoles a salir de la ciudad con un importante número de bajas, episodio que se le conoció como la Noche Triste.
Cortés se reagrupó, y con la ayuda de diversos aliados (como los tlaxcaltecas, enemigos de los mexicas) se diseñó una estrategia bélica. De forma paralela, en Tenochtitlán se nombraba como sucesor de Moctezuma a Cuitláhuac, quien era el Señor de Iztapalapa.
Reinado de Cuitláhuac
Fue breve, pues murió de una epidemia de viruela que trajeron los españoles y, al ser una enfermedad desconocida en el Nuevo Mundo, no existía cura. Murió 80 días después de su designación. A su muerte, Cuauhtémoc recibió el título de gran tlatoani, el último gobernante de su linaje.
El sitio de Tenochtitlán
Hernán Cortés preparó un cerco por tierra y por agua en la Gran Tenochtitlán. Después atacó, no sin antes exigir la rendición de Cuauhtémoc, quien se negó y continuó con la guerra.
Los españoles entraron de nuevo a Tenochtitlán luego de 90 días de haberla sitiado. Los mexicas estaban en una posición endeble pues no tenían alimentos y las enfermedades que trajeron los europeos se expandieron entre sus habitantes.
El 13 de septiembre de 1521, Cuauhtémoc fue derrotado. De frente a Cortés, el último tlatoani mexica pidió que fuera asesinado en ese lugar con el puñal del propio jefe militar español.
Prisionero de Cortés
Hernán Corte se negó a matarlo: lo tomó prisionero y lo torturó. Los españoles estaban detrás del “tesoro de Moctezuma”, así que le quemaron los pies para que revelara el destino del oro.
En 1524, Hernán Cortés decidió dirigirse al territorio que hoy se conoce como Honduras, a fin de ampliar el territorio español. En esta expedición llevó a Cuauhtémoc. Sin embargo, durante el viaje lo mandó ahorcar ante la sospecha de que el gran tlatoani estaba preparando una conspiración contra los españoles.
Ejemplo histórico
Cuauhtémoc es uno de los personajes más representativos de la historia de México. Estuvo presente en la llegada de la primera expedición española a la Gran Tenochtitlán, así como en varios capítulos de nuestra historia, como la Noche Triste. Este guerrero fue torturado cuando los mercenarios españoles le quemaron los pies para que le dijera donde estaba el Tesoro de Moctezuma. Por todo ello, Cuauhtémoc es reconocido y recordado como un digno y honorable representante de la civilización Azteca.