El término “supremacía” se relaciona con la idea de que la raza blanca debe dominar la sociedad en su conjunto, pues el color de su piel les da las facultades naturales para estar por encima de cualquier otra raza. En estos grupos supremacistas hay distintos colectivos ligados con la ultraderecha política de distintos países, como Estados Unidos, que tienen como fin el rechazo a otros pueblos y creencias, pues hay quienes también odian a musulmanes, judíos o católicos, así como a la raza negra, oriental o latina.
Ku Klux Klan
De estas organizaciones de odio que existen en el mundo, destaca el Ku Klux Klan. Su origen data del siglo XIX, en los estados del sur de la Unión Americana. Esta organización racial nació en 1865 en Tennessee, Estados Unidos. Es un clan formado originalmente por hombres blancos que sirvieron a las Fuerzas Armadas de ese país.
El nombre Ku Klux Klan tiene su origen en el griego “Kuklos”, que significa círculo. Esta secta originalmente estaba formada por un brujo, un líder, 10 consejeros de alto nivel, así como los seguidores. Su objetivo era someter a la raza negra estadounidense, negándole cualquier tipo de derecho en la sociedad, por lo que su actitud en todos los casos es de violencia y tortura.
Rostro de la impunidad
Una de las principales características del Ku Klux Klan es su indumentaria. Usan vestiduras blancas que los cubren de pies a cabeza y una especie de gorro en forma de cono que cubre su rostro. El principal símbolo que usa este grupo es la cruz. Solían colocar este símbolo durante las noches, en lugares estratégicos, para prenderle fuego y marcar su territorio y alejar a los “no blancos”.
Al principio fue una organización reconocida entre la sociedad, pero su violencia exacerbada hizo que diversos presidentes estadounidenses y grupos políticos promovieran su extinción. Sin embargo, siguió operando desde la clandestinidad. Cabe mencionar que el Ku Klux Klan tuvo importantes líderes como el general confederado Nathan B. Forrest o el coronel William Simmons.
Primera Guerra Mundial
En la Primera Guerra Mundial y durante la Gran Depresión de 1930 tuvieron una importante participación. Se dedicaban a hostigar a grupos y sindicatos de Estados Unidos. También, se sabe que tuvieron relación con el supremacismo que tomaba fuerza en Europa, especialmente en Alemania.
Supremacía y neonazis
De acuerdo con los medios de comunicación, el número de grupos extremistas en Estados Unidos se ha incrementado considerablemente. La mayoría de ellos están ligados a grupos políticos de derecha que financian sus actividades en distintas ciudades a través de las redes sociales.
El término supremacía está ligado con el nazismo impulsado por Adolf Hitler, quien usó en la Segunda Guerra Mundial el discurso de la superioridad de la raza aria. Incluso, antes de llegar al poder estuvo obsesionado con ideas de pureza racial. Desarrolló estrategias discursivas para la radio, las escuelas, el cine y los periódicos. A través del nacionalismo introdujo su pensamiento a los ciudadanos que lo colocaron en la cabeza del gobierno alemán.
Una de las teorías de Hitler era que la raza humana podía mejorarse limitando la reproducción de razas inferiores, como los judíos y los gitanos, considerados por el Tercer Reich como el escalafón más bajo de la cadena humana. Fue por ello que un grupo de científicos nazis utilizaron métodos raciales en lugares públicos y en escuelas. Por ejemplo, medían el tamaño de la cabeza, la nariz y llevaban un registro del color de los ojos para determinar si esos ciudadanos eran o no puros. Ya establecido el Estado nazi, se promulgó la Ley de Pureza Racial, que prohibía que los “indeseables” tuvieran hijos.
La supremacía actual
La derrota de Alemania en la Segunda Guerra Mundial hizo que esta idea racial se debilitara considerablemente. En la actualidad algunos grupos racistas quieren imitar o hacer que resurja esta idea de pureza, aunque ya no tiene la fuerza que tenía en el siglo pasado. Sin embargo, la nueva reestructuración política de Estados Unidos, en particular con la llegada de Donald Trump a la presidencia de ese país, volvió a dar voz a aquellos que mantenían guardada su ideología de superioridad